Si suponemos que la ubicación geográfica corresponde, de manera simétrica, un trayecto histórico significativo, es posible ver, en el conjunto formado por la 'Meseta del Ojo de Agua', y abajo, por la iglesia erigida en el sitio donde Alberto del Canto y un grupo de vizcaínos y de portugueses realizaron la fundación de la Villa del Saltillo, un descenso que simboliza la búsqueda de la raíz y que, en la parte superior de la meseta -en lo que se conoce como Plaza México o Mirador, recuerda el célebre campamento donde las tropas norteamericanas se establecieron para protagonizar, en febrero de 1847, la Batalla de La Angostura.
Desde la meseta, que se encuentra al sur de la ciudad, es posible descubrir, en el punto cardinal opuesto, cerros que circundan espléndidos valles.
Aquí la mirada es cómplice de la reinvención histórica al contemplar, en cada construcción, en las iglesias y en los edificios, la división artificiosa de la Villa del Saltillo y el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.
